miércoles, marzo 16, 2016

Jardín de Rosas

Recorriendo los jardines, senderos infinitos que se pierden en el horizonte, pasando el tiempo en ese laberinto, ella da vueltas, avanzando, retrocediendo, cambiando de dirección, día a día una monotonía, cada minuto se vuelve más peligroso para su estabilidad emocional, hay noches incluso en las que se pregunta:

-¿dónde ha quedado el día? ¿que fué de aquel sol que alumbraba mis pasos? ¿dónde quedó mi sombra? mi única compañera.

La luna brilla iluminando sus hombros, sus pálidos brazos, y sosteniendo una flor que aprieta en su mano, una gota de liquido carmín, caliente, escurre por sus nudillos y cae al suelo, abono de vida para el interminable jardín de rosas, rojas como su sangre.